¡Namaste!
Este año decidí que realizaría ciertos viajes a mi México
lindo, y entre estas ideas me surgió la idea de organizarlos yo misma, tarea un
tanto arriesgada por mi falta de experiencia y porque a ratos soy muy
desorganizada.
El primer viaje que organicé fue al Festival Internacional
Cervantino en la ciudad de Guanajuato, fue toda una aventura realizarlo puesto
que como quería que fuera mucha gente lo dejé a un precio muy accesible, con un
margen de aprox. 50 pesos por persona, sin embargo, al final no se juntaron
todos los que iban a ir y hacía falta dar más dinero para completar, para no
hacerla larga, no me desanimé y el mero día llegaron 4 personas, dos koreanos y
otros 2 conocidos, con estas 4 personas salió el viaje. Aunque las cosas no
salieron como yo pensé, aunque tuve que poner de mi dinero, me sentía muy feliz
cuando emprendimos el viaje a Guanajuato, pues tenía bien presente que este
viaje haría muy feliz a los que fueran y así fue, fue una experiencia bien
bella ver tantos rostros felices, disfrutando de la ciudad y de los diferentes
eventos que se organizaron, el ver a los dos koreanos reunirse con sus
compatriotas, el ver a mi familia disfrutando del viaje, a mis amigos siendo,
en verdad no tiene precio todo lo que viví en este viaje.
Entre las cosas que puedo resaltar es lo siguiente:
*Una ciudad limpia, una ciudad unidad, una ciudad con conciencia,
esta ciudad es sin duda una de mis favoritas, es increíble ver a la gente
limpiando sus calles, cuidando los residuos, manteniendo el equilibrio entre lo
natural y lo artificial, fue bien gratificante descubrir como una ciudad no
tiene porqué ser fea o sucia, que juntos y con consciencia se hace la
diferencia.
*“La cantina más grande de México”, así es conocido este
festival y yo lo desmiento, puesto que aunque se presta mucho a esta
interpretación hay muchas personas que no van solo a eso, personas con ansias
de aprender, de llenarse de cultura, de la buena vibra de la ciudad, en mi caso
pude disfrutar cada uno de los eventos a los que asistí, desde presentaciones
de danza hasta talleres de distinta índole, no puedo negar que disfrute de
todo, pues en las noches asistí a una presentación de danza, fui a un bar con
mis amigos y a un bar de música reggae, hay tantas cosas en esta bella ciudad
por disfrutar que no me pude enfocar en una sola, quise disfrutar cada una de
las cosas a las que asistí dejando siempre algo de mí, de mi alma y de mi
corazón.
*Mercado hippie, este lugar es bien mágico encuentras cosas
bien bonitas y maravillosas, desde artesanías mexicanas hasta esencias de
distintos países, y no solo el lugar es mágico, la misma gente es bien mágica,
anteriormente en este lugar se fumaba marihuana por lo que no toda clase de
personas se atrevía a asistir, pero desde que se respetó la autonomía de las
demás personas y se buscó un equilibrio para mantener a todos a gusto, se puede
notar que mucha gente asiste desde niños hasta
gente mayor. Para cada una de las cosas que uno haga hay que buscar el
equilibrio, y esta es un claro ejemplo.
Fue un viaje muy hermoso y que sin duda alguna volvería a
organizar, me llevo la satisfacción de haber cumplido con lo que me propuso y
ver a mi gente feliz y siendo.
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