¡Namaste!
Ya que no tengo ganas de relacionarme con alguien durante
este día y mis ganas de escribir son tan grandes como mis ganas de amar y de
ser en estos momentos, escribiré un poco sobre las cosas que a mi alma le interesan y en este caso será un poco sobre el amor.
Cuando era pequeña tenía un concepto del amor que
involucraba entregarme en alma y cuerpo a aquella persona que me quisiera de
verdad, llegué a creer que eran problemas de autoestima, o el hecho de sentir
que vivía en un mundo en donde no podía comprender ciertas actitudes de las
personas, recuerdo esa soledad que me envolvía todos los días, esas ganas de
quedarme en mi mundo y plantearme una y mil historias, recuerdo como mi hermano
se enojaba siempre que salía de casa, él creía que tenía cierto poder sobre mí,
me limitaba, pero claro esta alma no se iba a dejar domar tan fácilmente, ahora
pienso que más que querer a alguien que me quisiera de verdad quería a mi lado
a alguien que entendiera un poco de mi mundo, alguien con quien compartir las
aventuras que salían de mi alma, alguien con quien mirar las estrellas y
creernos una o unas de ellas, alguien con quien cruzar el camino sin pisar las
líneas de la calle creyendo que podría ser algo malo, alguien con quien subirme
a los árboles para poder ver desde lo alto y sentir el viento sobre mi piel,
alguien con quien las palabras sobraran, alguien con quien jugar a ser y no
ser. Ahora que estoy más grande y que pensaba que el amor era otra cosa
entiendo que el amor que deseaba de niña es el mismo que hoy quiero, ese deseo
es el que me llevó a decidir que Pablo no era para mí, a pesar de ser un hombre
maravilloso y haber compartido tanto de mí con él, me percaté que nuestra manera
de ser y de sentir el mundo era muy distinta, aun cuando me mostré como a nadie más a aquel hombre, él no pudo ver más allá de lo que cualquier persona puede ver en mí, yo
sé la mujer que soy y no es tanto que él no me merezca pero estando con él ni
yo ni él podíamos ser.
A veces me pongo triste más cuando pienso en todo lo que
Pablo significó para mí, en todo lo que fuimos o creí que éramos, me llegó aún
más el sentimiento cuando me di cuenta que el hombre que creí que más me había
amado no lo era pues no me había entendido ni un poco, y no quiero decir con
esto que nuestra relación fue mala pues en su momento trajo muchísimas cosas
buenas para ambos, fue un puente que nos sirvió para encontrarnos y volvernos a
encontrar.

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