lunes, 20 de octubre de 2014

El amor,el ser y el yo

¡Namaste!

Ya que no tengo ganas de relacionarme con alguien durante este día y mis ganas de escribir son tan grandes como mis ganas de amar y de ser en estos momentos, escribiré un poco sobre las cosas que a mi alma le interesan  y en este caso será un poco sobre el amor.


Cuando era pequeña tenía un concepto del amor que involucraba entregarme en alma y cuerpo a aquella persona que me quisiera de verdad, llegué a creer que eran problemas de autoestima, o el hecho de sentir que vivía en un mundo en donde no podía comprender ciertas actitudes de las personas, recuerdo esa soledad que me envolvía todos los días, esas ganas de quedarme en mi mundo y plantearme una y mil historias, recuerdo como mi hermano se enojaba siempre que salía de casa, él creía que tenía cierto poder sobre mí, me limitaba, pero claro esta alma no se iba a dejar domar tan fácilmente, ahora pienso que más que querer a alguien que me quisiera de verdad quería a mi lado a alguien que entendiera un poco de mi mundo, alguien con quien compartir las aventuras que salían de mi alma, alguien con quien mirar las estrellas y creernos una o unas de ellas, alguien con quien cruzar el camino sin pisar las líneas de la calle creyendo que podría ser algo malo, alguien con quien subirme a los árboles para poder ver desde lo alto y sentir el viento sobre mi piel, alguien con quien las palabras sobraran, alguien con quien jugar a ser y no ser. Ahora que estoy más grande y que pensaba que el amor era otra cosa entiendo que el amor que deseaba de niña es el mismo que hoy quiero, ese deseo es el que me llevó a decidir que Pablo no era para mí, a pesar de ser un hombre maravilloso y haber compartido tanto de mí con él, me percaté que nuestra manera de ser y de sentir el mundo era muy distinta, aun cuando me mostré como a nadie más a aquel hombre, él no pudo ver más allá de lo que cualquier persona puede ver en mí, yo sé la mujer que soy y no es tanto que él no me merezca pero estando con él ni yo  ni él podíamos ser.


Ahora que empecé a conocer a varias personas, con una autonomía propia y una forma tan natural de ser, ahora que conocí a personas que comparten parte de su mundo conmigo, ahora que conocí a personas que sienten el mundo como yo, ahora que he vivido eso no puedo estar con alguien que no despierte ese tipo de entendimiento y conexiones que solo puedo sentir con las personas que son.

A veces me pongo triste más cuando pienso en todo lo que Pablo significó para mí, en todo lo que fuimos o creí que éramos, me llegó aún más el sentimiento cuando me di cuenta que el hombre que creí que más me había amado no lo era pues no me había entendido ni un poco, y no quiero decir con esto que nuestra relación fue mala pues en su momento trajo muchísimas cosas buenas para ambos, fue un puente que nos sirvió para encontrarnos y volvernos a encontrar.


El amor se siente y se vive, y la única manera de hacerlo es que ambos seres vibren de la misma forma. No sé si decir que es bueno reconocer que lo que había entre Pablo y yo no era como yo creía, era una especie de amor pero no lo era realmente, para sentir amor se sienten que sentir a la persona realmente, y aunque muchas veces no nos llegamos a sentir creo firmemente que hubo algún instante en donde nuestras almas sintieron de la misma manera, en donde nuestros cuerpos vibraron al unísono, esos instantes son con los que decido quedarme, aquellos instantes en donde las palabras sobraban, donde nuestras almas hablaban el idioma del ser y no del hombre, aquellos instantes donde nos dejamos ser, porque aunque eso ya no existe entre nosotros hubo un tiempo en el que sí lo hizo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario